El árbol equivocado

Semana 55

Salmo 91

«El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente».  Salmo 91.1

 

Desde adolescente comencé a tener interés por la naturaleza.  En el barrio Caimito, donde fuimos criados, abundaban cantidad de árboles frutales y arbustos florales.  Disfrutamos de los tamarindos, las papayas y el guamá.  Vimos de primera mano un quingombó y supimos lo que era una algarroba.  Sin embargo, nos vendieron un pequeño palito de flamboyán azul, que al pasar del tiempo descubrimos que fue un engaño.  El árbol empezó a crecer de forma descomunal y jamás echó una sola flor.  Creció majestuoso, bebiendo del agua de la quebrada detrás de la casa.

Al verlo hoy, pienso en la profunda verdad del Salmo 91.  Sus ramas y follaje cubren las casas de mi tío y la de mis progenitores.  Este imponente árbol (oreja de mono) ha resistido los desafiantes vientos de huracanes y sus raíces profundas, las inundaciones más devoradoras.

Ha sido refugio de aves, iguanas y otras especies por más de 35 años.

Cuántas veces Dios ha sido nuestra protección en medio de las tempestades más difíciles.  ¿Ha sido sustento en días y temporadas de inundaciones?

Oración

Dios grande, gracias por Tu amparo y ayúdanos a no salir jamás de Tu amplia cobertura.  Amén.

 

Cántico

El que habita al abrigo de Dios

 

El que habita al abrigo de Dios

morará bajo sombras de amor;

Su esperanza y castillo Jehová será,

y en Sus alas feliz vivirá.

 

Oh, yo quiero habitar al abrigo de Dios,

solo allí encontraré paz y profundo amor.

Mi delicia es con Él comunión disfrutar,

y por siempre Su nombre alabar.

 

El que habita al abrigo de Dios

muy feliz ciertamente será;

Dios dará, con sus ángeles, protección,

y sus pies nunca resbalarán.

 

Oh, yo quiero habitar al abrigo de Dios,

solo allí encontraré paz y profundo amor.

Mi delicia es con Él comunión disfrutar

y por siempre Su nombre alabar

 

El que habita al abrigo de Dios,

consagrado a Su voluntad,

Puesto en alto, saciado en Su plenitud,

de Jehová gozará la salud.

 

Oh, yo quiero habitar al abrigo de Dios,

solo allí encontraré paz y profundo amor.

Mi delicia es con Él comunión disfrutar

y por siempre Su nombre alabar.

 

Oportunidad de la semana

Dialogue en familia sobre las ocasiones que experimentó la protección de Dios.  Puede testificar en el próximo culto, que así les permita la programación local.  Puede, incluso, compartir su testimonio en alguna red social.