El acento

Semana 37/ 11 de mayo de 2017

Mateo 5.18b

«… Ni una jota ni una tilde pasará de la Ley…»

 

Pasaba por una carretera de muchos negocios.  Leí un letrero que decía, “El Púlpito Loco”.  Me sentí ofendido por la falta de reverencia a Dios.  Al día siguiente, pasé por el mismo lugar pendiente al letrero; al leerlo, y para sorpresa mía, decía, “El Pulpito Loco”.  ¡Qué diferencia hace un acento!  Puse el acento donde no iba, cambiando el significado de la palabra, incluso, mis pensamientos y emociones.  No es lo mismo oró, de orar, que oro, de metal precioso.  Jesús acusaba a líderes religiosos de tergiversar la ley de Dios, añadiendo y dando falsas interpretaciones.  Se podría decir que colocaban el acento donde no iba para acomodar la ley a su criterio, oprimiendo al pueblo con cargas innecesarias.  Jesús vino para poner el acento y darle sentido al verdadero significado de la ley, el amor y la misericordia.  Vino a remover el acento donde no iba, y a ponerlo dónde debía estar.  “Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo y aborrecerás (“guardar rencor”) a tu enemigo.  Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos… haced bien a los que os aborrecen y orad por los que os ultrajan y os persiguen”.  Jesús proveyó la interpretación correcta de lo que significaba el mandamiento, la ley del amor.  ¿Dónde colocas el acento en la relación con tu cónyuge, hijos, prójimo y hermano de la iglesia?  ¿En el amor y la misericordia o en el odio o el rencor?  ¿Cambias el significado del mandamiento de Dios cuando te pide no enojarte con tu hermano y amarlo?

 

Cántico

Jesús, has mi carácter

Jesús, has mi carácter,
mas como el Tuyo yo quiero ser.

Jesús, has mi carácter,

mas como el Tuyo yo quiero ser.

 

Coro:

Porque en esta vida hay cosas que pasan,

que yo no entiendo.

Porque yo quiero demostrar Tu amor

a cada instante…

Hazme hacer Tu voluntad

y morir a mi viejo hombre;

has mi carácter,

mas como el Tuyo yo quiero ser.

 

Oración

Dios de toda bondad, amor y misericordia.  Ayúdame a identificar y corregir dónde he colocado el acento en las relaciones interpersonales, que cambia el significado de lo que tú me pides que haga y lo coloque en el lugar correcto.  Perdona mis faltas cometidas contra mis seres queridos, mis hermanos y el prójimo.  Ayúdame a enmendarlas, en el Nombre de Jesucristo.  Amén.

Oportunidad de la semana

Reflexiona e intenta encontrar en qué estás fallando en las relaciones con otra persona, sea ésta tu esposa, hijo, amigo, hermano en la fe, tu jefe, tu vecino o tu compañero de trabajo.  Busca en oración la dirección de Dios y proponte, durante la semana, un encuentro que propicie el perdón, la reconciliación y las buenas relaciones.