Abba Padre

Semana 47

 

«Y decía: ¡Abba, Padre!, todas las cosas son posibles para ti. Aparta de mí esta copa; pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú».  Marcos 14.36 (RVR)

 

Reflexión

En una ocasión Jesús llamó a su Padre «Abba».  Los judíos no se referían a Dios en una forma tan familiar como para llamarlo «Abba Padre».  Al Jesús llamar «Abba» a Dios, expresaba un nombre cariñoso que usaban los niños en la antigüedad al referirse a sus padres como: «padre mío querido», «papacito», «papá».  La palabra tenía un sonido familiar, cotidiano, de confianza y amor.  No es común en los cristianos pronunciar «Abba Padre» en sus oraciones.  Jesús en ocasiones se refirió a Dios como Padre, pero no siempre como «Abba».  Es interesante que, cuando Jesús le dice en oración al Padre «Abba», no era su mejor momento, se encontraba en Getsemaní, en aflicción, incertidumbre y temor.  En su crisis, Dios era su «Abba Padre», su «papá», su «papacito», su «Padre mío querido».  Depositaba en él una confianza a ciegas, a pesar del momento difícil que experimentaba.  ¡Qué enseñanza para nosotros!  ¿Vives momentos difíciles?  Si aprendemos y podemos llamar a Dios «Abba Padre» como Jesús en medio de nuestra aflicción, todo se hará soportable, porque reconocemos Su cuidado y demostramos confianza en Él.  Estaremos seguros de que la mano de nuestro «Abba Padre» nos sostendrá y enjugará nuestras lágrimas como lo hizo con Jesús.  Debemos confiar que, en los momentos difíciles en nuestra vida, estamos sostenidos en las buenas manos de nuestro «Abba Padre», de nuestro «Padre mío querido», «papacito», «papá».  Sabemos que Él nunca nos abandonará, sino que nos cuidará con amor.

 

Cántico

Dios, Tú eres mi sustento

Dios, Tú eres mi sustento,

a mi vida da aliento;

Tu Espíritu se deja sentir

como el viento.

La fuerza que me lleva a luchar

contra el tiempo;

mi provisión del cielo,

el Dios que me desata

y que refresca mi alma.

Al pronunciar Tu Nombre,

la tempestad se calma.

////Dios.////

 

Oración

Padre mío, enséñame a decirte «Abba Padre», «papacito», «Padre mío querido» en medio del momento difícil que estoy atravesando.  Enséñame a tener esa confianza como Jesús en Getsemaní.  Gracias por Tu cariño y cuidado.  Aunque no pueda comprender los por qués de mi situación, sé que Tú estás conmigo, «tu vara y tu cayado me infundirán aliento».  Gracias «Abba Padre».  En el nombre de Jesús.  Amén.

 

Oportunidad de la semana: En sus devociones diarias, cuando se dirijan al Padre en oración, comiencen diciendo «Abba Padre».  Creen conciencia del significado de la palabra para que vayan cultivando una actitud de confianza en Dios.  Cuando se encuentren en momentos difíciles o turbación de espíritu, refiéranse a Dios como «Abba Padre».