Altar familiar – 29 de junio de 2020

Rvda. Doris Cancel Rodríguez

Pastora ICDC Bo. Palmas, Cataño

Remando con dificultad

Leamos el Salmo 145.1-7

“Te exaltaré, mi Dios, mi Rey,

 Y bendeciré tu nombre

 eternamente y para siempre.

2 Cada día te bendeciré,

Y alabaré tu nombre eternamente y para siempre.

3 Grande es Jehová, y digno de suprema alabanza;

Y su grandeza es inescrutable.
4 Generación a generación celebrará tus obras,

Y anunciará tus poderosos hechos.

5 En la hermosura de la gloria de tu magnificencia,

Y en tus hechos maravillosos meditaré.

6 Del poder de tus hechos estupendos hablarán los hombres,

Y yo publicaré tu grandeza.

7 Proclamarán la memoria de tu inmensa bondad,

Y cantarán tu justicia”.

Oración de gratitud a Dios

Cantamos con alegría “Eres Todopoderoso”

La única razón de mi adoración

Eres Tú, mi Jesús

Mi único motivo para vivir

Eres Tú, mi Señor.

Mi única verdad está en Ti

Eres mi luz y mi salvación

Mi único amor eres Tú, Señor

Y por siempre Te alabaré.

//Eres Todopoderoso.

Eres grande y majestuoso.

Eres fuerte, invencible

Y no hay nadie. Como Tú.//

Oración de intercesión

Oramos por: 

– Las familias del área sur de Puerto Rico que enfrentan los temblores de tierra.

– Por los miembros del Cuerpo Ministerial y las iglesias locales que se preparan para celebrar sus cultos en los santuarios.

– Los hermanos y amigos impactados mental y emocionalmente por la pandemia del Covid-19.

-Las familias que enfrentan retos y cambios económicos debido a la situación de nuestro país.

Lectura bíblica: Marcos 6.45-52

“Jesús anda sobre el mar

45 En seguida hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a Betsaida, en la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud.

46 Y después que los hubo despedido, se fue al monte a orar;

47 y al venir la noche, la barca estaba en medio del mar, y él solo en tierra.

48 Y viéndoles remar con gran fatiga, porque el viento les era contrario, cerca de la cuarta vigilia de la noche vino a ellos andando sobre el mar, y quería adelantárseles.

49 Viéndole ellos andar sobre el mar, pensaron que era un fantasma, y gritaron;

50 porque todos le veían, y se turbaron. Pero en seguida habló con ellos, y les dijo: !!Tened ánimo; yo soy, no temáis!

51 Y subió a ellos en la barca, y se calmó el viento; y ellos se asombraron en gran manera, y se maravillaban.

52 Porque aún no habían entendido lo de los panes, por cuanto estaban endurecidos sus corazones”.

Meditemos

Cuando leí la expresión “remando con dificultad” recordé rápidamente una experiencia vivida en uno de los asuetos pastorales en el pueblo de Cayey. Se llevó a cabo en un lugar hermoso y había un gran lago. 

Uno de nuestros compañeros llevó un kayak el cual tenía unos grandes remos. No pasó lucho tiempo cuando ya me encontraba junto a mi esposo tratando de manejar los remos en el lago. Pasado un tiempo ya me sentía un poco cansada y extenuada, pues la fuerza y destreza de mis manos no era suficiente para esta nueva aventura. Necesitaba ayudar a mi esposo para que el kayak se moviera. Me encontraba REMANDO CON DIFICULTAD. Nos tardamos. Éramos inexpertos, pero disfrutamos la aventura.

Así se encontraban los discípulos: “remando con dificultad”, pues los vientos eran contrarios. Se lee en Evangelio de Marcos que “remaban con gran fatiga”. Enfrentar todo lo que ha ocurrido en nuestro Puerto Rico puede producir fatiga y cansancio. Hemos vivido temblores, una pandemia y la temporada de huracanes. Todo esto puede hacernos sentir que no podemos manejar los remos de nuestra embarcación.

Les compartimos una definición de fatiga: “El cansancio mental o fatiga mental es un concepto que puede confundirse con la fatiga física, aunque son diferentes. El cansancio mental está relacionado con los síntomas prolongados de estrés (sea o no laboral), ansiedad, depresión o el exceso de tareas y la falta de recursos”.

Brazos cansados. Mentes agotadas. Fatiga mental y emocional al sentir que los recursos mentales, emocionales y espirituales no son suficientes. ¿Te identificas con la frase del texto bíblico: “remando con fatiga”?  ¿Remas con dificultad? Son muchos los buenos hermanos y pastores manejando sus pesados remos.

Lo hermoso de todo es que el versículo 6 afirma que Jesús observaba. No solo se mantuvo observando, sino que caminó hacia los discípulos con una palabra de esperanza. En el versículo 50 dice: “¡Tened ánimo, yo soy, no temáis!”. Esta misma palabra de ánimo es un regalo divino hoy para cada uno de nosotros. ¡No temáis! 

No recordamos un pasaje bíblico donde Jesús haya observado un momento de vientos contrarios, de mar embravecido y fuertes olas sin que llegara con una acción de paz y calma ante unos discípulos turbados.

Hoy el maestro vuelve a andar sobre el mar. Se para frente a tu barca. Observa tus pesados remos y repite “Tened ánimo, yo soy, no temáis”.

Volviendo a la experiencia en el lago en Cayey, les comparto que en un momento solté los remos. Mi esposo se quedó solo remando por un tiempo. Remaba con fatiga. Luego volví a tomar los remos. Hoy es el día de volver a tomar en tus manos los pesados remos. Hoy es el día de volver a comenzar a remar. Aunque los vientos sean contrarios. Jesús está cerca. ¡Continúa remando!

Entonemos el himno “Es Cristo la Roca”

En las olas inmensas de embravecido mar, 

Que asaltan de mi alma la pobre embarcación, 

De rodillas a Cristo clamé, y el huracán 

Deshecho fue al instante a la voz de Dios. 

CORO 

Es Cristo la Roca, el ancla de mi fe; 

Los males, lamentos, y ayes de temor, 

Terminarán por siempre, con mi supremo Rey; 

Es Jesucristo mi refugio.

Me guarda de peligros, de pruebas, de dolor; 

Él manda que los vientos no agiten tempestad 

Los mares se detienen, la ola reposó, 

Y en Cristo fijo el ancla, confiando más. 

CORO 

Es Cristo la Roca, el ancla de mi fe; 

Los males, lamentos, y ayes de temor, 

Terminarán por siempre, con mi supremo Rey; 

Es Jesucristo mi refugio.

Mi dulce Salvador, sí, mi hermoso amigo y Dios,

Que libra de tristezas y aleja amarga hiel 

Por fe yo iré al cielo, mansión del ser de amor, 

La fuente inagotable de dicha y bien.

CORO 

Es Cristo la Roca, el ancla de mi fe; 

Los males, lamentos, y ayes de temor, 

Terminarán por siempre, con mi supremo Rey; 

Es Jesucristo mi refugio.

Oración final