¿Alguien a mi favor?

18 de agosto de 2016

Hechos 18

«…porque yo estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad» (Hechos 18.10).

La situación se hacía cada vez más tensa.  El Apóstol Pablo predicaba en Corinto y parecía ser que a su llegada todo se alborotaba.  La resistencia de los fariseos hacia el mensaje de Pablo se evidenciaba en todo tipo de artimaña.  Iba desde la persecución física hasta buscar falsos testigos y murmuradores contra Pablo.  Cuánto debió haber sufrido.  Las persecuciones traen desaliento y abaten el alma.  A todo nos gustaría no hallar tropiezo en nuestras empresas.  Quisiéramos que el camino se allanara y nuestros proyectos avanzaran y llegaran a feliz término, pero no es así.  En la vida todo lo bueno cuesta.  Requiere grandes esfuerzos, mayor aun si tienes tras de ti un grupo haciéndote la guerra y oponiéndose tenazmente.  Esto, querámoslo o no, afecta nuestro ánimo y en ocasiones nos abraza un sentido de soledad.

Pablo experimentó todo tipo de sensación y estado anímico.  En Corinto fue necesaria la intervención directa del Señor resucitado.  Sus palabras no pudieron ser más alentadoras «estoy contigo».  Y en adición a esto le comunicó que en esa ciudad había gente buena, pueblo de Dios.  Obviamente, estarían ahí disponibles para Pablo en el momento de la necesidad.

El Señor nunca deja al azar a sus hijos.  ¡Cuántas veces usted lo ha experimentado!  En cuántas situaciones difíciles Dios le ha provisto a los ciudadanos del Reino.  Gente que usted no había conocido anteriormente y están ahí extendiéndole la mano.  Son personas que están a su favor.

Mantenga el buen ánimo a pesar de la adversidad, el acoso y la oposición.  Reciba y haga suyas las palabras del Señor: «Yo estoy contigo».

Oración

Padre, sé que el desánimo toca mi alma cuando recibo desprecio, acoso y persecución.  Hazme un hijo confiado.  Tú eres digno de confianza.  En Jesús, Amén.

Autor: Rvda. Patria Rivera