Altar Familiar: 15 de noviembre de 2020

Rvda. Maritza Rosas Hernández

Ministerio Reconocido

EDIFAM (Ministerio de Educación Integral para la familia)

La bondad y fidelidad de Dios

Adorando juntos (Salmo 100.1, 5)

¡Canten alegres al SEÑOR, habitantes de toda la tierra!… porque el SEÑOR es bueno. Para siempre es su misericordia, y su fidelidad por todas las generaciones.

Cantamos 

Tu fidelidad es grande, tu fidelidad incomparable es, 

nadie como tú, bendito Dios, grande es tu fidelidad.

Juntos damos gracias 

Señor y Dios nuestro, te damos gracias por el cuidado amoroso, acompañamiento constante y tu provisión en medio de los tiempos difíciles que nos han tocado vivir.  Afirmamos desde la fe que tu bondad y fidelidad nunca nos ha faltado.  ¡Te alabamos y bendecimos con todo nuestro ser, Aleluya!

Leemos juntos la Palabra:  Salmo 23 (versión Reina Valera actualizada)

El SEÑOR es mi pastor; nada me faltará.  En prados de tiernos pastos me hace descansar.  Junto a aguas tranquilas me conduce.  Confortará mi alma y me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.  Aunque ande en valle de sombra de muerte no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo.  Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.  Preparas mesa delante de mí en presencia de mis adversarios. Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.  Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa del SEÑOR moraré por días sin fin.

Reflexionamos en la Palabra de Dios

Ciertamente, el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días.  Salmo 23.6

Podemos afirmar que hoy hay mucho miedo, incertidumbre y ansiedad por causa de la pandemia del covid 19.  A esto tenemos que añadir otros miedos y preocupaciones como la alza en la violencia, la desaparición y asesinato de mujeres, la crisis económica, el deterioro social y la corrupción gubernamental, entre otros males que nos aquejan.  Estamos a merced de fuerzas que no controlamos.

En medio de la realidad compleja que nos rodea nos acercamos al Salmo 23.  Este es un Salmo que oramos y lo cantamos en tiempos de dificultad, de luto, de pérdida, de miedo, de enfermedad, de desastres naturales porque sus palabras provocan en nosotros un sentido de seguridad, esperanza y consuelo.  Posiblemente, decir y evocar las palabras del Salmo no nos va a librar de tiempos difíciles, pero sí nos dará las fuerzas para enfrentarlo.

Las palabras finales del Salmo 23 afirman que el bien o la bondad, y la misericordia o fidelidad de Dios (depende de la versión de la Biblia que usemos) nos acompañarán todos los días de nuestra vida. La fidelidad y bondad son cualidades del carácter de Dios. La bondad y la fidelidad constituyen un acto de amor radical hacia nosotras/os cuya mayor expresión se encarnó en la persona de Jesucristo.  

La frase “me seguirán todos los días de mi vida” nos recuerda que la fidelidad de Dios no es circunstancial ni depende de nosotros o de nuestra conducta.  El Salmo 100 afirma que “el Señor es bueno, para siempre su misericordia y su fidelidad por todas las generaciones”.  La misericordia o fidelidad de Dios no nos abandona en medio de nuestros aciertos y desaciertos, pecamos, somos infieles y a pesar de eso el Señor nos acoge y nos perdona.  En respuesta a esa misericordia y fidelidad de Dios nuestra súplica es que el Señor nos permita ser de la misma manera con nuestro prójimo y con nosotros/as mismos.  Nuestra conducta debe reflejar y dar hacia adelante lo que hemos recibido de la mano de Dios.

La otra parte del Salmo “y en la casa de Jehová moraré por largos días” nos recuerda que somos bienvenidos/as a la casa de Dios.  Sólo quienes son bienvenidos a un lugar se pueden quedar por lago tiempo. Nuestros padres y/o madres nos reciben con alegría al ver que llegamos. Nos reciben con un Dios te bendiga y un beso.  ¡Qué sensación tan buena cuando somos recibidos así!  Quienes tienen una casa donde llegar y ser bien recibidos experimentan calidez y acogida.  Cuando llegamos de la calle a la casa experimentamos una sensación de descanso porque llegamos a un lugar donde nos sentimos seguros (aunque reconocemos que esta no es la experiencia de muchas personas).  

En el Salmo 23 la casa de Jehová es el Templo. Cuando los judíos peregrinaban a Jerusalén su mayor anhelo era entrar en el Templo para adorar a Dios.  Porque a ellos les parecía que estar un día en el templo era mejor que estar mil días fuera de este.  

Para las personas cristianas el templo, la iglesia representa un lugar especial.  Cuando llegamos a la casa de Dios experimentamos el calor, el amor y la bondad de nuestros hermanos/as.  Allí adoramos, oramos, cantamos, lloramos y reímos juntos/as. Por eso este tiempo es tan difícil para nosotros.  Toda persona debe sentirse bienvenida a la casa de Dios.  La iglesia debe ser un lugar de encuentro, de acogida.  

Finalmente habitaremos en la Casa de Dios cuando llegue el día en que regresaremos a la casa de nuestro Señor a morar en la eternidad.  Allí el Señor nos recibirá con sus brazos abiertos y nos dirá “bienvenidos/as a casa”.  

Preguntas para reflexionar

  1. ¿Cómo hablar en este tiempo de habitar en la casa del Señor cuando la pandemia nos impide congregarnos?  Muchos de nosotros llevamos casi ocho meses sin llegarnos a la casa del Señor.  Extrañamos estar allí y compartir con la familia de la fe de forma personal.
  2. ¿Cómo mostrar y vivir en fidelidad a Dios, la iglesia, la patria, los valores de la fe en medio de del caos social, político y económico que vivimos?
  3. Muchas personas no se sienten acogidas y amadas en sus propios hogares, otras no tienen un lugar seguro dónde vivir.  ¿Qué podemos hacer ante estas realidades?
  4. La muerte nos rodea por todas partes.  Mucha gente ha tenido que morir sola.  Eso aterra a cualquiera.  ¿Será posible enfrentar la muerte sin miedo?

Intercedemos 

  • Por quienes sufren la pérdida de seres queridos
  • Para que todos los días de nuestra vida vivamos confiados en la bondad y fidelidad de Dios, aún en los valles más oscuros
  • Por quienes no tienen un lugar seguro donde vivir

Cantamos

//Señor eres fiel y tu misericordia es eterna//

Gente de toda lengua y nación, de generación a generación

//Te adoramos hoy, Aleluya, Aleluya, te adoramos hoy

Eres Señor// Eres fiel.